miércoles, 25 de mayo de 2011
domingo, 22 de mayo de 2011
Travesías. Primera Parte
El proyecto de Adrián Geralnik, “Travesías”, se gesto íntegramente en Barcelona. Su primer motor fue una cicatriz propia del autor y la necesidad de transmitir estas marcas corporales. Ir más allá de lo estético para encontrarnos con historias pasadas, presentes y futuras...de hombres y mujeres, ser seducidos por ellas para así comenzar a navegar por diferentes vidas, hasta ser arrastrados fuera del marco de la fotografía y llegar a crear nuestras propias travesías para estos cuerpos. Sintiendo que ese vacío que produce la realidad potencia la afirmación de sí.
El proyecto formo parte del BAC!2001Barcelona Arte Contemporáneo; se realizó una exposición de ocho imágenes sobre un total de cuarenta registros diferentes. Las fotografías (a gran escala, 100x70 cm), en el intento de buscar nuevas formas de exhibirlas, fueron expuestas en escaparates de diferentes tiendas de calle Avinyó, pasando así a formar parte del paisaje urbano.
jueves, 19 de mayo de 2011
Pared de bambú
Las horas de caminata lo tumbaron en la cama cuando aún el sol se empecinaba en aparecer por detrás de unas nubes y reflejaba esporádicamente, sin estridencias, sobre algunos surfers. Él no estaba para olas y la cama lo tomó como una mujer, lo cobijó y lo relajó hasta el sueño.
La habitación era pequeña pero confortable; toda revestida en caña y con una cama con mosquitero, le dejó dormir en silencio hasta que el sol se ocultó por completo. De entrada no le había parecido nada increíble el hotel ni la habitación. Daba a un jardín trasero donde se tendía ropa y estaba pegada a otra habitación que dedujo de iguales características.
Lo primero que lo despertó fue el ruido del candado al abrirse y la puerta al cerrarse. Salía de un sueño mórbido donde la extrañaba a ella. El sueño se ocupaba de transformar a ella en un hombre, y en ese momento el sentía que podía pegarle, tratarla de igual a igual. Por supuesto que jamás le había levantado la mano, pero en este momento, a la distancia y disculpado por el sueño se aprestaba a golpearla. Consiguieron despegarlo definitivamente del sueño unas voces de mujeres que hablaban en sueco; supo inmediatamente que era sueco y se sorprendió de su memoria auditiva. ¿De dónde sacaría su mente ese sonido que claramente se identificaba como sueco?
Las luces de su habitación estaban apagadas y podía ver claramente los cientos de pequeños intersticios que dejaban escapar a la luz de la otra habitación. Se levantó sin hacer ruido, con cierta vergüenza de que supieran que estaba ahí. Se acercó a los huequitos, y como si siempre se hubiera dedicado a fisgonear, no tardó en encontrar la abertura apropiada que daba directamente al baño con cortina que la despreocupada sueca que estaba orinando no se había preocupado en correr, a la vez que seguía charlando con naturalidad con su amiga. Pudo ver como cogía el papel y como se secaba y arrojaba el papel al inodoro sin siquiera darle una mirada de despedida. Salió del baño sin que pudiera espiar nada interesante, y al segundo dio paso a la otra, que enseguida prendió la ducha mientras comenzaba a desvestirse.
Vio su cuerpo, la blancura joven de las nalgas en contraste con el rojizo otorgado por el sol, vio unos pechos firmes y un vello púbico escaso y rubio, prolijamente recortado. Desnudo como estaba, comenzó a masturbarse, a mirarla y pajearse con un cierto prurito, sabía que no estaba bien lo que hacía pero no podía dejar de espiar esos pezones rosados y toda esa juventud hecha desnudez. La chica se metió al baño y el siguió masturbándose con las pocas imágenes que había atesorado en ese minuto o minuto y medio. La otra chica salió de la habitación y él espero hasta que escuchó cerrarse la ducha y el sonido de la cortina al descorrerse. En ese momento sí pudo verla en toda su dimensión. Era hermosa de cara, de ojos, de cuerpo entero; y mientras ella se secaba los pechos el se masturbaba con más rapidez, cuando comenzó a frotarse el vello del pubis eyaculó en silencio, con la boca contraída y con un placer indecible, mayor aún por el silencio en que se dio.
Más tarde la cruzó cuando salía de la habitación, y más a la noche la cruzó por el centro mientras él se comía el plato más barato de Montañita. El resto de la noche lo dedicó a pasear en soledad, a ver el mar de noche, a imaginar la marea y la fuerza de la luna, a inquirir sobre esa constancia desmedida que lo subyugaba.
El mar lo imbuía de pensamientos que no elegía, la realidad, el mundo circundante eran catapultados por el mar de forma tal que era imposible hacerse el boludo. No le gustaban los gringos, no le gustaba Montañita. El lugar más apreciado por el turismo a él le parecía una mierda cargada de oportunistas y rubios que arruinaban el paisaje; el tan mentado paraíso natural a él se le develaba como un lugar donde parecía que la mayor ocupación de la gente residía en arrojar plástico a la arena. Los comerciantes le parecían deshonestos y con deseo de enriquecerse de la noche a la mañana, esperando con ansias en transformarse en uno de los que les daban de comer. Con sus lujos, los gringos habían traído también la envidia y la ambición. Tenía que reconocer que el lugar sin todo el aparataje de la industria de la diversión era un verdadero paraíso; y entre los pelícanos que parecían arpones de plomo y la cara que se apreciaba con imaginación en la elevación lejana, con la nariz de montañita en la cara acostada que daba nombre al lugar, y que a ambos recordaba de la tarde, ya que a esa hora de noche sin luna no se podía ver ni lo uno ni lo otro; pudo imaginar que nada de lo que había alrededor existía, y que su existencia era mera casualidad intangible.
Volvió a la habitación tarde y medio borracho. Como llegó se desnudo y se metió a la ducha. Salió triste, lo embargaba una mezcla de recuerdos pasados y de soledad actual, la angustia de la necesidad, la necesidad de un abrazo cercano, de un cuerpo de mujer. Se acostó y se masturbó en silencio, pensando en ella otra vez, como casi todas las veces que lo hacía; por más que se le cruzaran miles de imágenes siempre cuando eyaculaba se adueñaba del orgasmo la imagen de ella. Acabó en silencio y con angustia, sin saber jamás que al otro lado del bambú se estaba masturbando una chica sueca.
Adrian Dubinsky el "Ruso"
martes, 17 de mayo de 2011
Editorial. Las "puertitas" de la señora Fatale
Cumplimos nuestro cuarto mes de publicación, y con esta suerte de reto “retro futurista” que nos impusimos (intentar que este blog sea lo mas parecido a una revista impresa) presentamos el inicio del quinto mes con una nueva portada.
Fatale va. Se mete hasta lo más hondo. Sin miedo a equivocarse. Se equivoca. Tiene pudor también, de verse capaz de cualquier cosa. Se sonroja con un delicado piropo, pero no hay orgia que se pierda.
No sabe muy bien la diferencia entre pornografía y erotismo, porque considera que la imagen de una penetración que colma el primer plano también puede ser cultura
Es muy puta y le gusta. Y escucha a sus clientes, esos que solo pagan por hablar un rato, con la vista puesta en el viejo reloj de pared. Eyacula contra los limites, y contra la misma pared del viejo reloj, solo que al otro lado y con la oreja pegada.
Es minimizada en su formato digital, cuando alguien nos mira por arriba del hombro. Es “El” blog. Es “La” revista. Y a esta altura, si alguna vez vuelve a hacer papel, probablemente le pondríamos una portada de revista de motos para que no se tenga que camuflar con publicaciones “decentes”.
Es para mayores de 18 años, pero bien podrían leerla a partir de los trece
Se contradice (pobre de aquel que nunca lo hace) vean sino: cada vez se aleja mas de ser un producto comercial sin desatender que tiene necesidades de producto comercial. Necesita dinero para poder crecer sin medida, y no piensa quitar ni una coma por nadie, porque es caprichosa y arbitraria como la abstinencia
Es hombres con tetas y mujeres con bigote que aun, a pesar de todo, siguen creyendo en dios y en palomas mensajeras que transportan la eyaculación de ese dios, para luego descender a la tierra y fecundar vírgenes de dudosos hímenes.
Es agnóstica. Perversa. Fetichista. Un ida y vuelta entre Barcelona y Buenos Aires.
Es de un futuro incierto aun para quienes la hacemos.
Andrés Casabona
domingo, 15 de mayo de 2011
martes, 10 de mayo de 2011
domingo, 8 de mayo de 2011
La Metamorfosis. Por Charly. ¡El desenlace!
El reencuentro
7 años!.... es mucho tiempo no?....
Yo ya tenia 25. Vivía solo.
Un día suena el teléfono. Atiendo. Y quien era?!....
Ella! Era ella! El piso se sacudió un poquito debajo de mis pies; y yo me aferré al teléfono como si fuera el último tramo de cuerda antes del precipicio...
Me preguntó como andaba, tanto tiempo, que se había enterado por una amiga que yo vivía solo... que bueno seria volver a verte... bla bla bla
Uahu, comencé a flashar...
Imagínense, yo le dije que seria fantástico, que porque no se venia a mi casa y almorzábamos y recordábamos viejos tiempos.
Me dijo que SI. Un rotundo y alucinante SI. Un SI cargado de música y esperanzas.
Era feriado y me dijo: voy para allá.
Para que seguir detallando mi locura de ese momento... inolvidable... vinieron a mi mente nuevamente todas sus imágenes: su cuerpo vestido y desnudo (obviamente según mi imaginación)
Mi raciocinio comenzó a moverse: bueno, si me llamó es porque quiere algo, me extraña, no para... eras como su hermano y aparte.... un detalle fundamental: ella era una mojigata que tenía un candado en sus compuertas al placer... no era una partidaria del sexo libre! Para nada!
Y entonces? Basta! Preparate para lo que sea.
Me bañe, me perfumé... me empilche... y me senté a esperar...estaba muy nervioso! Verla de nuevo!
En eso sonó el portero eléctrico...
Mi interior estalló en mil pedazos! Tranquilo flaco tranquilo... respirar hondo... relajar....
Quién es?.... soy yo...
Soy yo... otro golpe en el estómago. Presioné el botón que abre la puerta de entrada al edificio.
Yo vivía en un departamento en el séptimo piso, a unos tres metros del ascensor. Ese tiempo hasta que el ascensor se tomó para arribar al séptimo piso con su preciada carga adentro... fue interminable!
No pensaba abrir la puerta. Tenia que esperar a que ella llamara a la misma...sino parecería un desesperado!
Sentí que el ascensor llegaba. Sentí el abrir y cerrar de la puerta del ascensor. Y comencé a sentir el avanzar de sus pasos hacia mi departamento... pero...
Algo extraño comenzó a ocurrir... ah señores! Aquí la historia toma un rumbo muy desafortunado!
Los pasos que se aproximaban a mi puerta sonaban muy pesados... muy densos... me dije: será otra persona, parecen los pasos de un tipo! Y grandote!
Pero en eso, llaman a mi puerta... flaco, llegó el momento. Me repasé un poquito ante el espejo y me dirigí hacia mi destino.
Abrí la puerta sin preguntar quien era y... efectivamente... era ella... pero...
No podia salir de mi asombro... frente mío estaba parada ella con una gran sonrisa dibujada en su rostro, pero tan cambiada...
Por donde empezar... recuerdan que era alta; bueno, seguía siendo alta pero con el agregado que se había ensanchado como medio metro hacia los costados!
Su rostro era una perfecta esfera de considerable diámetro! Su hermoso pelo largo, ahora era corto y pajoso!!
Sus brazos... eran los de un jugador de rugby (pero de los gordos esos que hacen de pilar eh...)
Creo que tenía una blusa oscura y una amplia pollera (ropaje de obesa), pero ya no recuerdo claramente, ya que estaba asombrado ante este ser dantesco y gigantesco que se encontraba ante mí!
Yo no podía salir de mi estupor. No podía concebir lo que mis ojos veían. Ella me dijo: eh! Hola! Puedo pasar?!
Sí, sí, adelante.
Pedimos empanadas y hablamos de tiempos pasados... yo no podía abandonar el estado de shock en el cual me hallaba ante la metamorfosis del “bombón” en “paquidermo”... mis instintos sexuales se debatían en mi interior y no se decidían acerca de lo que querían.
Luego de una hora de mucho hablar, se hizo el silencio... ella me miraba a los ojos, y yo la evitaba... miraba hacia el techo... hacia las paredes...
Repentinamente, ella dijo:
-Vamos a ver la tele!
A ver la tele?! Esta no vio que la tele no esta acá? La tele está en la habitación... me parecía muy raro que, con lo mojigata que era (como antes mencioné), me propusiera algo tan “descabellado”!.
-Pero la Tele... esta en el dormitorio...
- Y? !Vamos dale!
Ah bueno...
Allá fuimos.
Muy decidida ella se arrojó en mi cama, la cual era muy elástica - en aquel entonces yo tenia uno de esos “somier” que tienen una base sin patas - la cual ante el peso de mi amiga emitió algunos crujidos de dolor. Yo me recosté a su lado.
Prendí la TV.
Me sentía extraño, nervioso, confundido... no sabia que hacer con esta situación... y me dije: ya está, a mirar la tele y se terminó!
Pero, sin previo aviso ni auspicio... el paquidermo se levantó de un salto con una agilidad propia de un mono tití (nada mas que este más que mono era king kong), y desde su gran altura me miró por un instante... contemplativa... inquisidora...desafiante...
Una mirada extraña... se dirigió al ventanal de la habitación (muy pequeña por cierto. El ventanal daba a un pequeño balcón estilo francés), y en una milésima de segundo oscureció el habitáculo bajando la persiana hasta el tope inferior. Quedamos iluminados solo por la luz difusa y colorida de la TV.
Yo ... yo estaba duro!!! no respondía... no sabia que decir!
El paquidermo apoyó sus manazas en su cintura, dejando sus enormes brazos en ángulo y muy decidida me dijo clavándome una mirada psicótica:
- Bueno, mirá esto debe quedar entre nosotros. Ok?
- ... Ok
Esa fue mi acotada respuesta.
Y aquí se desató el vendaval...
Sus ropas se despegaron de su cuerpo con una facilidad que en ese cuerpo tan tosco y enorme daba un espectáculo grotesco. Cuando quedó totalmente desnuda, el Paquidermus hipopotamus se mostró en todos su esplendor: sus pesadas, abundantes y expandidas carnes colgaban desde sus piernas, brazos, cuello... como achuras expuestas en una cruz de un asador!! El espectáculo, iluminado por las luces intermitentes y variadas de la TV en la oscuridad de esa habitación, parecía sacado de una escena del Exorcista.
La cosa es que yo seguía acostado en línea recta, vestido y azorado ante lo que ocurría... mis sentidos y mi entendimiento no daban crédito a lo que ocurría!!
Me solicitó, de una manera muy imperativa, que me quitara mis ropas. A lo cual yo respondí con movimientos aletargados y poco agraciados. Ella desesperó y comenzó a ayudarme.
Cuadro siguiente: no encontramos desnudos uno junto al otro extendidos a los largo y ancho de mis aposentos. El lugar que ella ocupaba se hundía por su considerable peso, provocando que mi leve ser se deslizara hacia ella.
Pero... ahí mi fiel compañero de siempre... nunca ausente... siempre dispuesto... apareció en escena. Mi erecto pene se levantó, y su rosada cabeza, expuesta a la atmósfera de los seres vivos, se quitó su pasamontaña y con su único ojo me miró y me dijo:
- Hermano, basta de boludeces. Llegó el momento tan esperado. Adelante valiente! Arremetamos! A conquistar nuevas fronteras!
Sí tal cual, le dije.
Ahí nomás me arrojé sobre el enorme cuerpo carnoso de mi compañera y comencé a besarlo: sus piernas, su sexo, su abdomen, sus pechos! Ja, no estaba tan mal después de todo! Mi fiel compañero y yo compartíamos una emoción desenfrenada, gustosa, poética!
Hasta que llegué a su boca e intenté besarla...
- Noooo!!!!
Exclamó de un solo y contundente grito. Me quedé duró y contemplándola con mi cuerpo reposado sobre su enorme plataforma de carne.
- No! La boca no! Besos nooo!!
Mi dios, que esto!! Me dije. Pero que pasa!?
- solo sexo, la boca no.
Y ese grito esquizofrénico me volvió a mi anterior estado de nervios. Pero nuevamente mi fiel compañero me apoyó en este difícil transe diciendo:
- Que se joda! Si no quiere besos no hay besos! Vamos amigo! Directo al grano!
Sí, sí eso, al grano
Abrí sus piernas... tome envión y... mandé al compañero hacia ese nuevo e inexplorado territorio...
O por lo menos eso intenté... cuando el compañero empujó, ahora sí ayudado por mí, la enorme mujer emitió un terrible grito de dolor!
AAAAHHHHHHH!!!!!
Que exageración!! Pero que carajo pasa!! Pensé
No importa! Vamos de nuevo y allá fuimos...
Dos, tres veces... todas acompañadas de horripilantes gritos desgarradores...
No... pensé.. esto es mucho para mí...basta
Salí de encima de ella y me arroje a su lado boca arriba...
Pero ella, muy decidida arremetió contra mi cuerpo montándose sobre mí! Tomó al compañero con su abusadora y enorme manota y lo introdujo a la fuerza en su interior! Acompañaba sus acciones con extraños gemidos guturales, muy lejanos a los musicales sonidos del placer...
Y comenzó a sacudirse encima mío de una forma bestial... era tan enorme... ese cuerpo giganteso sacudiéndose encima mío, inmisericordioso, violador, aberrante, prepotente....
Y el compañero... el que más sufría este atropello, me abandonó: - lo siento amigo, pero esto no es lo que yo llamo un momento lujurioso y apasionante. Esto es... nada, chau...
La erección desapareció... desapareció!!
Pero el enorme ser que me atacaba, no se había percatado y seguía saltando sobre mi endeble cuerpo como si fuera una cama elástica gritando incivilizadamente, como un indio triunfante al apoderarse de la cabellera del hombre blanco!!!
Aaaahhhh
Aaaahhhh
Aaaahhhh
Mi gesto de horror y desesperación debió ser único.
En un momento, dije basta! Basta! Esto debe terminar! Concentré todas mis fuerzas en mis brazos y manos y aferrándola de la cintura la arrojé a un costado!
Había que terminar con ese suplicio....
Confundido.... sin saber que decir... herido en mi orgullo de macho erecto... ni la miré y le dije: - me voy a duchar...
Ella no respondió. El baño era el ocaso, la tierra prometida, el lugar donde alejarme de aquella criatura extraña y malévola.
Me duché durante unos quince minutos aproximadamente. Permití al agua deslizarse por todos los recovecos y superficies de mi cuerpo. Aahh... el agua me tranquilizaba... trataba de pensar qué había ocurrido en aquella habitación donde tuve la posibilidad de conectarme carnalmente con esa hembra perseguida por mi durante tanto tiempo. Pero no llegue a ninguna conclusión. Todo se había derrumbado... todo estaba perdido...
Que se vaya! Se tiene que ir ahora mismo!
Salí de la ducha, me sequé, me tapé con el toallón, tome coraje y decidí salir del baño para ver que ocurría afuera.
Muy despacio me fui asomando hacia la habitación, teniendo la esperanza de no encontrarla mas allí. Teniendo la esperanza que se hubiera vestido y marchado...
Pero no... la muy descarada allí estaba... arrojada en pleno sobre mis aposentos. Seguía totalmente desnuda. Su enorme culo desnudo me miraba y se reía a carcajadas. Sus piernas en ángulo de 90 grados dejando las plantas de sus pies en dirección al techo. Las manos en su rostro. Su rostro, a través de sus ojos, atento a la TV.
- Mmm... ejem.... eh… flaca… vienen unos amigos ahora en un ratito. Si no te molesta... disculpame... viste como es esto de los amigos...
- Si como no ...
Se vistió y se marchó.
Cuando se cerró la puerta de mi departamento y ella se había marchado, me senté en mi sillón y prendí un cigarrillo...
Pité, exhalé, volví a pitar y volví a exhalar... pensé... de pronto me reí... me reí más... y más...
Que rápido pueden esfumarse todas las ilusiones que nos hacemos acerca de las cosas no?!
La puta...
Leyeron la Metamorfosis de Kafka?
7 años!.... es mucho tiempo no?....
Yo ya tenia 25. Vivía solo.
Un día suena el teléfono. Atiendo. Y quien era?!....
Ella! Era ella! El piso se sacudió un poquito debajo de mis pies; y yo me aferré al teléfono como si fuera el último tramo de cuerda antes del precipicio...
Me preguntó como andaba, tanto tiempo, que se había enterado por una amiga que yo vivía solo... que bueno seria volver a verte... bla bla bla
Uahu, comencé a flashar...
Imagínense, yo le dije que seria fantástico, que porque no se venia a mi casa y almorzábamos y recordábamos viejos tiempos.
Me dijo que SI. Un rotundo y alucinante SI. Un SI cargado de música y esperanzas.
Era feriado y me dijo: voy para allá.
Para que seguir detallando mi locura de ese momento... inolvidable... vinieron a mi mente nuevamente todas sus imágenes: su cuerpo vestido y desnudo (obviamente según mi imaginación)
Mi raciocinio comenzó a moverse: bueno, si me llamó es porque quiere algo, me extraña, no para... eras como su hermano y aparte.... un detalle fundamental: ella era una mojigata que tenía un candado en sus compuertas al placer... no era una partidaria del sexo libre! Para nada!
Y entonces? Basta! Preparate para lo que sea.
Me bañe, me perfumé... me empilche... y me senté a esperar...estaba muy nervioso! Verla de nuevo!
En eso sonó el portero eléctrico...
Mi interior estalló en mil pedazos! Tranquilo flaco tranquilo... respirar hondo... relajar....
Quién es?.... soy yo...
Soy yo... otro golpe en el estómago. Presioné el botón que abre la puerta de entrada al edificio.
Yo vivía en un departamento en el séptimo piso, a unos tres metros del ascensor. Ese tiempo hasta que el ascensor se tomó para arribar al séptimo piso con su preciada carga adentro... fue interminable!
No pensaba abrir la puerta. Tenia que esperar a que ella llamara a la misma...sino parecería un desesperado!
Sentí que el ascensor llegaba. Sentí el abrir y cerrar de la puerta del ascensor. Y comencé a sentir el avanzar de sus pasos hacia mi departamento... pero...
Algo extraño comenzó a ocurrir... ah señores! Aquí la historia toma un rumbo muy desafortunado!
Los pasos que se aproximaban a mi puerta sonaban muy pesados... muy densos... me dije: será otra persona, parecen los pasos de un tipo! Y grandote!
Pero en eso, llaman a mi puerta... flaco, llegó el momento. Me repasé un poquito ante el espejo y me dirigí hacia mi destino.
Abrí la puerta sin preguntar quien era y... efectivamente... era ella... pero...
No podia salir de mi asombro... frente mío estaba parada ella con una gran sonrisa dibujada en su rostro, pero tan cambiada...
Por donde empezar... recuerdan que era alta; bueno, seguía siendo alta pero con el agregado que se había ensanchado como medio metro hacia los costados!
Su rostro era una perfecta esfera de considerable diámetro! Su hermoso pelo largo, ahora era corto y pajoso!!
Sus brazos... eran los de un jugador de rugby (pero de los gordos esos que hacen de pilar eh...)
Creo que tenía una blusa oscura y una amplia pollera (ropaje de obesa), pero ya no recuerdo claramente, ya que estaba asombrado ante este ser dantesco y gigantesco que se encontraba ante mí!
Yo no podía salir de mi estupor. No podía concebir lo que mis ojos veían. Ella me dijo: eh! Hola! Puedo pasar?!
Sí, sí, adelante.
Pedimos empanadas y hablamos de tiempos pasados... yo no podía abandonar el estado de shock en el cual me hallaba ante la metamorfosis del “bombón” en “paquidermo”... mis instintos sexuales se debatían en mi interior y no se decidían acerca de lo que querían.
Luego de una hora de mucho hablar, se hizo el silencio... ella me miraba a los ojos, y yo la evitaba... miraba hacia el techo... hacia las paredes...
Repentinamente, ella dijo:
-Vamos a ver la tele!
A ver la tele?! Esta no vio que la tele no esta acá? La tele está en la habitación... me parecía muy raro que, con lo mojigata que era (como antes mencioné), me propusiera algo tan “descabellado”!.
-Pero la Tele... esta en el dormitorio...
- Y? !Vamos dale!
Ah bueno...
Allá fuimos.
Muy decidida ella se arrojó en mi cama, la cual era muy elástica - en aquel entonces yo tenia uno de esos “somier” que tienen una base sin patas - la cual ante el peso de mi amiga emitió algunos crujidos de dolor. Yo me recosté a su lado.
Prendí la TV.
Me sentía extraño, nervioso, confundido... no sabia que hacer con esta situación... y me dije: ya está, a mirar la tele y se terminó!
Pero, sin previo aviso ni auspicio... el paquidermo se levantó de un salto con una agilidad propia de un mono tití (nada mas que este más que mono era king kong), y desde su gran altura me miró por un instante... contemplativa... inquisidora...desafiante...
Una mirada extraña... se dirigió al ventanal de la habitación (muy pequeña por cierto. El ventanal daba a un pequeño balcón estilo francés), y en una milésima de segundo oscureció el habitáculo bajando la persiana hasta el tope inferior. Quedamos iluminados solo por la luz difusa y colorida de la TV.
Yo ... yo estaba duro!!! no respondía... no sabia que decir!
El paquidermo apoyó sus manazas en su cintura, dejando sus enormes brazos en ángulo y muy decidida me dijo clavándome una mirada psicótica:
- Bueno, mirá esto debe quedar entre nosotros. Ok?
- ... Ok
Esa fue mi acotada respuesta.
Y aquí se desató el vendaval...
Sus ropas se despegaron de su cuerpo con una facilidad que en ese cuerpo tan tosco y enorme daba un espectáculo grotesco. Cuando quedó totalmente desnuda, el Paquidermus hipopotamus se mostró en todos su esplendor: sus pesadas, abundantes y expandidas carnes colgaban desde sus piernas, brazos, cuello... como achuras expuestas en una cruz de un asador!! El espectáculo, iluminado por las luces intermitentes y variadas de la TV en la oscuridad de esa habitación, parecía sacado de una escena del Exorcista.
La cosa es que yo seguía acostado en línea recta, vestido y azorado ante lo que ocurría... mis sentidos y mi entendimiento no daban crédito a lo que ocurría!!
Me solicitó, de una manera muy imperativa, que me quitara mis ropas. A lo cual yo respondí con movimientos aletargados y poco agraciados. Ella desesperó y comenzó a ayudarme.
Cuadro siguiente: no encontramos desnudos uno junto al otro extendidos a los largo y ancho de mis aposentos. El lugar que ella ocupaba se hundía por su considerable peso, provocando que mi leve ser se deslizara hacia ella.
Pero... ahí mi fiel compañero de siempre... nunca ausente... siempre dispuesto... apareció en escena. Mi erecto pene se levantó, y su rosada cabeza, expuesta a la atmósfera de los seres vivos, se quitó su pasamontaña y con su único ojo me miró y me dijo:
- Hermano, basta de boludeces. Llegó el momento tan esperado. Adelante valiente! Arremetamos! A conquistar nuevas fronteras!
Sí tal cual, le dije.
Ahí nomás me arrojé sobre el enorme cuerpo carnoso de mi compañera y comencé a besarlo: sus piernas, su sexo, su abdomen, sus pechos! Ja, no estaba tan mal después de todo! Mi fiel compañero y yo compartíamos una emoción desenfrenada, gustosa, poética!
Hasta que llegué a su boca e intenté besarla...
- Noooo!!!!
Exclamó de un solo y contundente grito. Me quedé duró y contemplándola con mi cuerpo reposado sobre su enorme plataforma de carne.
- No! La boca no! Besos nooo!!
Mi dios, que esto!! Me dije. Pero que pasa!?
- solo sexo, la boca no.
Y ese grito esquizofrénico me volvió a mi anterior estado de nervios. Pero nuevamente mi fiel compañero me apoyó en este difícil transe diciendo:
- Que se joda! Si no quiere besos no hay besos! Vamos amigo! Directo al grano!
Sí, sí eso, al grano
Abrí sus piernas... tome envión y... mandé al compañero hacia ese nuevo e inexplorado territorio...
O por lo menos eso intenté... cuando el compañero empujó, ahora sí ayudado por mí, la enorme mujer emitió un terrible grito de dolor!
AAAAHHHHHHH!!!!!
Que exageración!! Pero que carajo pasa!! Pensé
No importa! Vamos de nuevo y allá fuimos...
Dos, tres veces... todas acompañadas de horripilantes gritos desgarradores...
No... pensé.. esto es mucho para mí...basta
Salí de encima de ella y me arroje a su lado boca arriba...
Pero ella, muy decidida arremetió contra mi cuerpo montándose sobre mí! Tomó al compañero con su abusadora y enorme manota y lo introdujo a la fuerza en su interior! Acompañaba sus acciones con extraños gemidos guturales, muy lejanos a los musicales sonidos del placer...
Y comenzó a sacudirse encima mío de una forma bestial... era tan enorme... ese cuerpo giganteso sacudiéndose encima mío, inmisericordioso, violador, aberrante, prepotente....
Y el compañero... el que más sufría este atropello, me abandonó: - lo siento amigo, pero esto no es lo que yo llamo un momento lujurioso y apasionante. Esto es... nada, chau...
La erección desapareció... desapareció!!
Pero el enorme ser que me atacaba, no se había percatado y seguía saltando sobre mi endeble cuerpo como si fuera una cama elástica gritando incivilizadamente, como un indio triunfante al apoderarse de la cabellera del hombre blanco!!!
Aaaahhhh
Aaaahhhh
Aaaahhhh
Mi gesto de horror y desesperación debió ser único.
En un momento, dije basta! Basta! Esto debe terminar! Concentré todas mis fuerzas en mis brazos y manos y aferrándola de la cintura la arrojé a un costado!
Había que terminar con ese suplicio....
Confundido.... sin saber que decir... herido en mi orgullo de macho erecto... ni la miré y le dije: - me voy a duchar...
Ella no respondió. El baño era el ocaso, la tierra prometida, el lugar donde alejarme de aquella criatura extraña y malévola.
Me duché durante unos quince minutos aproximadamente. Permití al agua deslizarse por todos los recovecos y superficies de mi cuerpo. Aahh... el agua me tranquilizaba... trataba de pensar qué había ocurrido en aquella habitación donde tuve la posibilidad de conectarme carnalmente con esa hembra perseguida por mi durante tanto tiempo. Pero no llegue a ninguna conclusión. Todo se había derrumbado... todo estaba perdido...
Que se vaya! Se tiene que ir ahora mismo!
Salí de la ducha, me sequé, me tapé con el toallón, tome coraje y decidí salir del baño para ver que ocurría afuera.
Muy despacio me fui asomando hacia la habitación, teniendo la esperanza de no encontrarla mas allí. Teniendo la esperanza que se hubiera vestido y marchado...
Pero no... la muy descarada allí estaba... arrojada en pleno sobre mis aposentos. Seguía totalmente desnuda. Su enorme culo desnudo me miraba y se reía a carcajadas. Sus piernas en ángulo de 90 grados dejando las plantas de sus pies en dirección al techo. Las manos en su rostro. Su rostro, a través de sus ojos, atento a la TV.
- Mmm... ejem.... eh… flaca… vienen unos amigos ahora en un ratito. Si no te molesta... disculpame... viste como es esto de los amigos...
- Si como no ...
Se vistió y se marchó.
Cuando se cerró la puerta de mi departamento y ella se había marchado, me senté en mi sillón y prendí un cigarrillo...
Pité, exhalé, volví a pitar y volví a exhalar... pensé... de pronto me reí... me reí más... y más...
Que rápido pueden esfumarse todas las ilusiones que nos hacemos acerca de las cosas no?!
La puta...
Leyeron la Metamorfosis de Kafka?
viernes, 6 de mayo de 2011
La Metamorfosis. Por Charly
La previa
Cuando yo era un adolescente de 18 años, romántico y enamoradizo, conocí a una mujer que me flechó. Tenia mi misma edad.
Era un bombón: alta (1.75), flaquita, buenas tetas, buen culo, ojos grandes y oscuros, pelo lacio y negro por debajo de los hombros y muy divertida.
En cuanto a la inteligencia... bue... hasta por ahí no más vió... no se van a imaginar gran cosa...
Pero bueno, la cosa es que estaba muy fuerte. Yo la empecé a ver seguido, y me entré a calentar cada vez más...
Yo no soy lo que se puede llamar un sex simbol... hacía lo que podía... iba al gimnasio, tomaba sol... que se yo...todas esas boludeces superficiales que uno hace para gustarle superficialmente a una mujer.
Pero... nada logré desde los superficial, y le entré por la clásica:
La Amistad. Ja...
Parecía que todo marchaba... ella pegó buena onda conmigo, comenzamos a salir de noche, a cenar, ir al cine...
Hasta que dije: papi, metele porque te me vas de mambo con la historia de la amistad, y después viste como termina esto! Terminas todos los días tocándote en la apabullante soledad del ser, imaginando en tu siniestro interior intuitivo como serán las tetas y el culo de esa mujer tan ambicionada.
Entonces, tire el zarpazo. Una noche después de cenar, paseamos por la reserva ecológica... y en un momento muy oportuno de cercanía, le arroje un cabezazo! (un beso quiero decir).
Que cagada hermano!... me echó fleé! Ahí no mas entró con la historia de la decepción, que ella me veía como un gran amigo (casi hermano!), que ahora no sabia como manejar la situación.... que qué iba a pasar...
Bue... ahí el tipo entró con todo el argumento de la superación: bueno che, no es para tanto, fue un error, me pase de mambo, hoy tome unas copitas de mas, sos una mina tan joya... no te quiero perder...
Y acá vino el error fatal. Le dije:....quiero seguir siendo tu amigo por siempre....
Error!! Ahí la embarré toda hermano! Tanto laburo arrojado por la borda.
Resumiendo lo que vino después, nos seguimos viendo un tiempo, yo me había convertido en un real hermano para ella, hasta que me repudri del asunto y la mandé a la mierda.
Por siete años no volví a verla ni a saber nada de ella....
¡En la próxima publicación de Fatale el desenlace!
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