domingo, 27 de noviembre de 2011

Mistress Natalie. Bella y Cruel 1/2

A propósito de aquella entrevista en la que sucumbí por sentir la resolana de una mujer que me subyugaba con lo que dentro de su comarca era capaz de ofrecer, no atiné, quizás por ese hipnotismo, a solicitar algunas  imágenes de ella y su circunstancia. Me creí impune frente a ella pensando que, en la soledad de las palabras, sería capaz de reconstruir, con apenas un manojo de adjetivos combinados, lo que en ese momento tenía frente a mi. Tuve de su imagen un recuerdo incierto, como si cada vez que me esforzaba por recuperar algún gesto suyo un destello de luz se posara en su semblante. Intente hilvanar la crudeza de su seriedad combinada con una sonrisa reparadora  Cerraba los ojos y la veía, pero en cambio no me salían las palabras. Sentí una sensación similar a describir un color que jamas había visto. ¿Como se puede describir un color que no existe?
Por suerte al poco tiempo recibí un mail de ella en el que me ofrecía alguna de sus ultimas sesiones fotográficas.
Agregar mas palabras a esto es como explicar el efecto de una fantasía hecha realidad


Gregorio Sacher






           

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