Ella era marea.
Él fue sol.
Ella hacia movimientos
para adelante y para atrás,
Él de abajo hacia arriba
y viceversa.
Ella tenía un andar constante,
Él sólo dos veces al día
A Ella le perturbaba la quietud de Él
aunque sabía que se mantenía en lo mas alto
para verla bailar, bailar, bailar.
Él admiraba ese vaivén de esfuerzo,
ese sutil desprecio que le provocaba
ser observada mientras danzaba.
Ella... se fue animando.
Y Él... escondiendo
Ella... siguió en la búsqueda,
sabiendo que mañana,
bien tempranito
volvería ser observada, sentida.
Porque por las noches solo se movían
para adelante y para atrás
con la única intensión que Él
no viera la luna/esa,
esa invasora
reflejada sobre Ella.
Natalio Pochak
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa tu opinion, por favor deja tu comentario