miércoles, 16 de marzo de 2011

Editorial. ¿Puede ser un proyecto erótico un producto rentable?

Lo primero que surge cuando uno esta completamente fuera de materia es que sí, un proyecto relacionado con el erotismo es un cúmulo interminable de dinero. La ecuación es fácil: si las páginas eróticas se pueblan de visitas advenidas de todo el mundo, esto debería hacer que se conforme un abundante publico, potencial comprador para muchos anunciantes. Luego existe otra fórmula igual de fácil de descifrar: ¿Qué productos se pueden relacionar con el erotismo? O lo que es lo mismo, ¿a qué posibles anunciantes puedo ir a llamar a la puerta? A todos nos recorren por la mente un sin fin de productos y servicios, comenzando por los más obvios, y terminando por otros que, a priori, no lo son tanto, pero que si nos ponemos a razonar ¿cómo no van a estar relacionados con el erotismo?, si al fin y al cabo, todo esta relacionado con el erotismo…
Vamos a la estructura de pensamiento con ejemplos reales:
Erotismo se relaciona con: bebidas alcohólicas, coches, ropa interior, viajes de placer a islas remotas, tarjetas de crédito. Y se relacionan no solo por su analogía lógica, sino porque además sus mensajes apelan, consciente, o inconscientemente a ello. No hace falta apelar a ninguna memoria remota para reconocer la permanente relación con el sexo que han tenido los coches y las bebidas espirituosas a lo largo de su historia comunicacional.
Continuamos escarbando y relacionando el disfrute onanista con los productos que nos facilitan su ingreso en él, el mundo del placer adulto, y entonces nos preguntamos por qué no telefonía móvil, (elemento primordial de comunicación), o una cadena importante de hoteles esparcidos por todo el mundo, los cuales, con sus folletos sugerentes, nos hacen soñar haciendo el amor en sus instalaciones excitantes.
En Fatale nos pasó lo siguiente cuando fuimos revista impresa (podemos decir que hablamos bajo cimientos empíricos concretos): palpitamos al ver cuántos anunciantes se podían sumar a un proyecto erótico y nos convencimos con el potencial económico que teníamos a nuestro alcance. ¡Una revista en la que podíamos incluir todos aquellos trabajos que siempre quisimos ver! ¡Vivir de lo que nos apasiona, el objetivo supremo de un ser humano!
Entonces decides ir a buscar a los clientes para que inviertan en tu revista, les comentas orgulloso que tenemos un espacio donde un gran publico objetivo los está esperando. Que este proyecto despierta el perfil más atrevido de un público que le gusta leer sobre erotismo, admirar las sugerentes anatomías de una excitante sesión de fotos, fantasear con sus relatos,  pensar y opinar con sus artículos, firmando sus comentarios con nombre y apellido. Y que día a día se suma más y más público (prueba de ello son las ventas). Entonces te das cuenta que la gran bola es mas un globo lleno de aire, que los anunciantes no están tan dispuestos a meter su marca si a su lado hay alguna expresión erótica. Que el erotismo no era tan económicamente fructífero, y por supuesto nos vamos deshinchando a la vez que endeudando, efecto que produce una imagen de nosotros mismos (deshincharse- endeudarse) que irremediablemente nos arroja hacia una tristeza propia de haber visto un camino lleno de oportunidades que se desintegra cuanto más se avanza, como el espejismo de agua cuando el sol derrite el asfalto a lo lejos.
En Fatale no estamos ni un paso mas allá, ni un paso menos de esta realidad, porque sigue siendo nuestra realidad. Pero seguimos haciendo lo que nos gusta, confiados en que los anunciantes se animen y no vean el erotismo únicamente como un conjunto de actos onanistas ocultos detrás de una pantalla que ilumina el oscurantismo ( dicho sea de paso, tan vapuleado como deseado por todo ser vivo sin excepción). Que vean y tomen en cuenta que en Fatale los amigos participan sin pudor y que acaso el erotismo es una inmejorable oportunidad de excitar a su target.
Por suerte hoy, bajo el formato digital, no necesitamos de nadie para su realización, al menos para seguir en contacto con  todos los que nos visitan y con los que lo harán. Pero abiertamente decimos que todos los que hacemos Fatale añoramos vivir de ello y que nuestra lucha será intentarlo dignamente. Nos resistimos a hacer un producto vendible para anunciantes, en todo caso daremos todas las razones que sean propicias para involucrar a las marcas en un producto que creemos y amamos, y que así se refleja en cada trabajo.


Andrés Casabona 

5 comentarios:

  1. Así se habla!
    Suele pasar que las grandes marcas o las que no lo son tanto, caigan en el "haz lo que yo digo pero no lo que yo hago".Incitándote a que seas atrevido, que te juegues por tus sueños. Cuando ellos, no hacen más que hacer lo mismo de siempre o elegir la idea menos agraciada. Pero no queda otra que resistir y esperar el gran cambio. Mientras tanto seguiremos disfrutando, ustedes de ese lado y nosotros de éste. Gracias Fatale.

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  2. ¿puede ser un proyecto erótico un producto de calidad?

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  3. lA PREGUNTA QUE SE HACE DANTE ES LA MISMA QUE ME HAGO YO. ¿aLGO ERÓTICO PUEDE LLAMARSE "PROYECTO" O "PRODUCTO"?
    No se porqué me pasa lo mismo que con los periódicos deportivos... no acabo de ubicarme ante ellos...

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  4. Hola, Mario:
    La verdad me encantaría, y lo encuentro muy apropiado, que puedas esbozar un razonamiento sobre este punto. Acaso, quizás, una suerte de pequeño ensayo sobre este punto, tal cual tu interrogante ¿Algo erótico puede llamarse "proyecto" o "producto"?. Por supuesto si tenes ganas y tiempo, y desde ya cuando vos quieras.
    Abrazo

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  5. Hola Andrés, lo haré. El asunto del género es interesante, "género erótico", ¿es necesario tomar una denominación? .... volveré y seguimos....
    ¡Gracias por la invitación!

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