Fotografías: Albert Serradó
El genial, sorprendente y siempre ingenioso Billy Wilder se felicitaba, allá por los años 50, por el éxito de la recién llegada televisión con el argumento de que por fin los profesionales del cine tenían a quien mirar por encima del hombro.
Muchos años después, los trabajadores de un medio como el televisivo, que parece llevar la palabra basura a modo de apellido, también pueden estar contentos y mirar con superioridad a quienes trabajan en la industria del cine y las revistas para adultos, probablemente el sector con signos más artísticamente despreciables de este mundo.
El conjunto de tópicos y frases hechas que rodean al mundo del porno, parecen tener como objetivo último negar el pan y la sal a quienes se les supone llevados por un único afán mercantilista.
Desgraciadamente, en muchos casos es verdad.
El proceso degenerativo de un cine porno cada vez más ausente de contenidos y envuelto en lamentables continentes, no debería hacer olvidar el hecho de que como medio expresivo, la imagen pornográfica, sujeta únicamente a la reproducción sexual, ofrece infinitas posibilidades.
El genial, sorprendente y siempre ingenioso Billy Wilder se felicitaba, allá por los años 50, por el éxito de la recién llegada televisión con el argumento de que por fin los profesionales del cine tenían a quien mirar por encima del hombro.
Muchos años después, los trabajadores de un medio como el televisivo, que parece llevar la palabra basura a modo de apellido, también pueden estar contentos y mirar con superioridad a quienes trabajan en la industria del cine y las revistas para adultos, probablemente el sector con signos más artísticamente despreciables de este mundo.
El conjunto de tópicos y frases hechas que rodean al mundo del porno, parecen tener como objetivo último negar el pan y la sal a quienes se les supone llevados por un único afán mercantilista.
Desgraciadamente, en muchos casos es verdad.
El proceso degenerativo de un cine porno cada vez más ausente de contenidos y envuelto en lamentables continentes, no debería hacer olvidar el hecho de que como medio expresivo, la imagen pornográfica, sujeta únicamente a la reproducción sexual, ofrece infinitas posibilidades.
Albert Serradó, director de fotografía, operador de cámara y fotógrafo vocacional, es uno de esos exploradores de la luz empeñados en recrear la imagen pornográfica. Con medios muchas veces limitados, Albert investiga matices de la iluminación siempre sorprendentes, saca partido a localizaciones desnudas o recrea ambientes cargados de sutilezas lumínicas.
Hemos trabajado juntos en varias películas, algunas como "Gothix" y "Faust" internacionalmente reconocidas, y puedo dar fe de su meticulosidad y su entrega, pero también de su sensibilidad y su talento. Por eso he querido iniciar mis colaboraciones en Fatale con algunas imágenes significativas de sus inquietudes estéticas. Fotos que van desde la sutil ironía hasta el ejercicio visual y esteticista, desde el retrato adornado por el humor, hasta la investigación vanguardista.
Las fotografías que ahora presentamos fueron realizadas en el transcurso del rodaje de una escena para una película de episodios. Se realizaron sobre un soporte de película, no digital, y han sido posteriormente tratadas. En ellas se puede reconocer a actores y actrices tan populares como Max Cortés, Jane Darlin, Sara Bernat o Silvia Lancombe.
Juzguen ustedes mismos.
Las fotografías que ahora presentamos fueron realizadas en el transcurso del rodaje de una escena para una película de episodios. Se realizaron sobre un soporte de película, no digital, y han sido posteriormente tratadas. En ellas se puede reconocer a actores y actrices tan populares como Max Cortés, Jane Darlin, Sara Bernat o Silvia Lancombe.
Juzguen ustedes mismos.