Dices que el límite
es incierto. ¿Puede ser que detrás de esa incertidumbre exista el límite
definitivo, la muerte?
Los aficionados
al SM solemos utilizar tres palabras para definir nuestras prácticas: Safe,
Sane and Consensual (seguro, sensato y consensuado). Jamás se corre ningún
riesgo.
O sea que el límite
no es sólo cuestión de una mente sumisa.
Para nada.
Quien domina también tiene sus límites. Me he topado con personas con un nivel
de masoquismo tremendo, deseosos de verdaderas torturas, a las que si accedes
corres el riesgo de toparte con el límite definitivo.
¿Por qué siempre
afirmas que lo tuyo es una dominación que te acarrea satisfacción más mental
que física y que el sexo no tiene cabida, al menos no explícitamente?
El BDSM no es
una práctica sexual explícita (como puede ser el coito), aunque tiene,
evidentemente, un contenido sexual, pero sublimado. El sumiso goza previamente
al encuentro con su mente, sufre-goza durante la sesión y continúa gozando posteriormente
con sus recuerdos. Es bastante frecuente que el sumiso no alcance
la eyaculación durante su encuentro con el ama. Otra de las fantasías más
habituales es la utilización de cinturones de castidad, que impiden el orgasmo
del esclavo durante períodos más o menos prolongados.
¿En qué consiste el
placer mental que experimenta un ama?
Creo que
cualquier mujer sentiría una gran satisfacción de tener esclavos y sumisos entregados,
sin necesidad de sexo explícito y sin más placer que el suyo propio. Lo más
curioso de un internado es que uno de los momentos de más placer del esclavo
viene cuando percibe que está privado de su libertad y que no sabe exactamente
cuándo voy a aparecer para castigarlo. ¿Puede haber relación erótica más mental
que ésta? U otra persona que desea ser humillada hasta ser depósito de lo más
escatológico de mi ser, y que luego de haberlo hecho se siente en medio de una
felicidad inconmensurable sólo por recordarlo, y porque al fin tuvo la valentía
de experimentarlo. A mí me vienen personas con deseos inconfesables, que
incluso les avergüenzan, y por una vez los pueden hacer realidad.
¿Realmente consigues
que los sumisos entren en tu juego sin ceder a impulsos sexuales, digamos, más
inmediatos?
El BDSM es
una fantasía sexual para la mayoría que me visita y, si bien repruebo cualquier
asociación con el sexo, es difícil controlar siempre el ímpetu de los sumisos,
pues muchos llegan a eyacular sin mas estímulo que el visual, una frase determinada
o la flagelación. Pero la simple negación del orgasmo puede resultar mucho más
excitante y estimulante.
¿Y cuál es el goce
más íntimo que puedes tener como ama ante tu esclavo?
Mi satisfacción
está en saber que me deben algunos de los momentos emocionalmente más
significativos de sus vidas. Ver sus semblantes de felicidad produce una
satisfacción extraordinaria.