domingo, 20 de noviembre de 2011

Putiferios. Por Andrés Casabona



Desde Barcelona:

El Sr Yun Tung,  gerente general de una empresa de exportación japonesa, coge un avión en el aeropuerto de Haneda (Tokio) con destino al aeropuerto de El Prat (Barcelona). Marcelo, joven ejecutivo júnior recién iniciado en el mundo publicitario, realiza, vía tren de alta velocidad Madrid-Barcelona, su primer viaje de negocios. Javier, el hijo de don Pepe, convence a su padre, dueño éste de una mini cadena de alimentos en la zona Polígono de Elviña (Galicia), para modernizar un poco la empresa familiar, por eso se dirige con su coche hacia a Barcelona. El Sr Capdevilla, dueño absoluto de una importante firma de cava, se levanta muy temprano por la mañana y, mientras juega en el jardín de su masía  con uno de sus perros dogos, se lamenta del día que le espera en la ciudad, plagado de apretones de manos y saludos falsos a decenas de personas que pretenden hacer negocios tras el trazo de su firma en un papel. Ninguno de ellos se conoce aun, pero todos van a coincidir en la decimoctava edición de la Feria de Alimentaria 2010. Y, según las estadísticas que amablemente me facilitaron algunos entrevistados responsables del entretenimiento erótico, muy seguro es que también coincidan en otro tipo de ferias: Puticlubs y  Show Girls

Entre Barcelona y Madrid se realizan al año un gran cantidad de ferias, en los que los recintos feriales congregan gran cantidad de público, mayoritariamente masculino, de los cinco continentes. Sin ir mas lejos, la última feria de Alimentaria reunió a muchos miles de personas de todo el mundo. Que el aparato turístico se frote las manos ante este aluvión de hombres de negocios, no es ninguna novedad.  Y, a su vez, que las salas dedicadas a los espectáculos eróticos  incrementen sus visitas, tampoco. Lo curioso es la gran cantidad de empresarios que en estos periodos ubican en sus agendas, como si de un compromiso mas se tratase, la visita “obligada”, “por negocios”, a estos irresistibles lupanares. Juani de Lucia, la encantadora encargada del Bagdad, hace cuentas y nos encuadra la cantidad en porcentajes: “El incremento de gente que nos visita en periodos de ferias es de un quinientos por ciento mas, o, lo que es lo mismo, cinco veces mas de lo habitual” Y aclara: “Aunque esto no es solo en épocas de ferias, estoy haciendo estas cuentas también en base a las grandes citas europeas de fútbol en el campo del Barcelona”. Hace una pausa y, como quien busca un recuerdo cercano, remata con algo no menos sorprendente: “Te digo mas, cuando se realiza el gran premio de formula1 (Montmeló), hay muchísima gente que viene directamente del circuito al Bagdad, apenas finaliza la carrera, sin ninguna escala previa, como si la bajada de bandera que indica el final de la competición, fuese para ellos la de la “salida frenética” hacia aquí. Luego de habérselo pasado en grande, salen de del Bagdad casi al amanecer y recogen sus equipajes en sus respectivos hoteles para volver a la rutina en sus habituales lugares de residencia”. Ángel, encargado del club New Aribau, nos cuenta que, en época de Ferias, tiene que poner más chicas al servicio de los insaciables empresarios: “En estas épocas, llámese  feria  Alimentaria o feria de telefonía o gran premio de F1, los sitios como el New estallan de ávidos empresarios en busca de sexo de pago, las chicas saben que en estos periodos no hay noche de descanso y que las horas son de mucho ritmo y exigencia, lógicamente ellas también hacen su agosto... con decirte que muchas chicas solo trabajan en las noches donde la ciudad acoge alguno de estos eventos y, según el evento van viajando por las diferentes ciudades del mundo, es decir que siempre trabajan alrededor del dinero de estas ferias”. Y agrega: “Cada vez que en Barcelona se celebra alguna de estas ferias, nosotros enviamos tarjeteros a los alrededores de la Plaza España, y por supuesto, nuestros promotores saben que de cien flyers que reparten, sin exagerar, un 80% nos visita”.
En la pasada feria de las antigüedades, que se pudo visitar en la Fira de Barcelona, entre tesoros de cientos de siglos de antigüedad, y piezas de un valor incalculable por su historia y belleza, deambulaba una mujer hermosísima. En su andar, sensual y distante, se delineaba un perfil de mujer acostumbrada a lidiar en las cofradías de la alta alcurnia. Su belleza era evidente y el aire distante, pero no menos sensual, hacia brisa gracias a su vestimenta de ejecutiva eficaz. Entre adoradores de lo antiguo, figuras prístinas y poderosos coleccionistas, la atractiva mujer expendía su tarjeta personal. Sobre un fondo blanco de textura rugosa, la tarjeta anunciaba “Servicios Globales”, junto al nombre de ella y un numero de contacto. La suerte de tener un conocido allí adentro, me hizo saber que la bella dama, más que una potencial compradora, era más bien, entre tanta figura antigua, algo así como una Astarté, (diosa de la prostitución en la mitología fenicia, a la que más tarde los griegos llamaron Afrodita). En efecto, una vez llamabas al número de teléfono, los servicios globales significaban el conjunto de placeres sexuales que una mujer es capaz de dar.   
Tanto los Show Girls como los Puticlubs, o las profesionales del sexo autónomas, están perfectamente preparados para el desembarco de las abultadas carteras de los hombres de negocios.  Y nada esta improvisado en un periodo en el que, tanto Juani como Ángel, coinciden en que el dinero que se dejan los hombres de negocios es demasiado como para dejar algo librado al azar.

Embajadores del vicio
Cuando por turismo o por negocios, o por lo que sea, se llega por primera vez a una ciudad y la intención es buscar ocio erótico, las mejores guías no vienen en formato de papel. La información mas fidedigna viene de las voces de los currantes de la noche: taxistas y  conserjes de hoteles (estos últimos preferentemente de  alojamientos de mas de tres estrellas). Suelen ser estos los que conocen, según el presupuesto y el gusto erótico de cada uno, los sitios ideales a los que ir y extienden sus consejos con bocanadas de palabras precisas en donde conviven la precisión y la discreción. Y suelen ser también estos los que funcionan como verdaderos percutores para los que, tímidamente desde la recamara de su vicio, preguntan con más o menos rodeos por Sexo bursátil.
Claro que, tanto unos como otros, cobran una comisión por este trabajo de prescriptores del vicio. Aunque esto no quiere decir que el criterio personal no entre en la valoración de la recomendación, es decir, no solo porque se tenga una comisión se recomienda tal o cual sitio. Pedro, taxista nocturno desde hace mas de 20 años, nos cuenta que: “Yo, en lo personal, no recomiendo cualquier sitio, sé perfectamente que sitio es para recomendar, por eso no acepto propuestas de cualquier sala de alterne, solo acepto recomendar las salas en las que sé que el pasajero se lo va a pasar bien, ya sea por el nivel de las chicas o por el trato que se les brinda. Cada persona tiene su perfil, hay muchos que prefieren el buen trato a encontrarse con mujeres esculturales pero frías como témpanos”.
Juan, conserje del turno noche de un importante y céntrico hotel de Barcelona, también tiene su trabajo remunerado de embajador del vicio, y nos da un amplio perfil de los turistas que se acercan al mostrador para informarse: “La mayoría no se corta un pelo a la hora de preguntarte por salas con chicas, dan por hecho que tú tienes que saber dónde están los mejores Show Girls y Puticlubs de la ciudad. Hay, incluso, gente que viene con sus familias y una vez dormidos todos, bajan al hall (uno ya lo ve venir) y, con disimulo, te piden que les recomiendes lo más cercano. Y sí, la verdad es que nos visitan de todas las salas para que recomendemos, está en uno preocuparse en ver qué es recomendable y qué no”.
Que importante serán estos guías que Beto, ex taxista y flamante empresario del ocio para adultos, nos confiesa que, a la hora de hacer la promoción de su nuevo local, no dudó en hacer tarjetas exclusivamente para conserjes y taxistas: “Cuando hice el encargo de las tarjetas para mi local, le dije al de la imprenta que pensase en los conserjes de los hoteles y en los taxistas, es decir que, sean lo suficientemente discretas para que ellos puedan recomendar el sitio, además de invitarlos a una copa para arreglar temas de comisiones”.
Estos engranajes perfectamente engrasados (con máquina propagandística incluida), son los que hacen de las grandes urbes lugares en los que uno se puede esconder en el anonimato y tener un  viaje de negocios al completo.

Como es habitual, siempre que uno escarba en el mundo del ocio para adultos es costumbre encontrarse con algún dato que siempre nos sorprende, como cuando charlamos distendidamente con una hermosa madame y nos contó secretos insospechados, sin nombres, que nos dejan enganchados a la certera idea que el universo del cerebro humano es indefinible.

¡Trato hecho!
Cansado de una jornada intensa de feria, pero con las obligaciones de ser el mandamás de su pequeño imperio del cava, el Sr Capdevilla organiza una reunión con varios representantes del mundo de los negocios. Por un lado, y con el afán de exportar su producto allende las fronteras del continente europeo, cita al Sr Yun Tung. Este pide un taxi desde el céntrico hotel en el que se aloja y ve que la dirección que le había pasado el Gran Jefe de los Cavas, coincide con la que la noche anterior le había dado el conserje, a propósito de su pregunta tímida sobre acción sexual. Una vez en el taxi, y cuando le indica la dirección al taxista en su precario español, este, como quien pilla a un niño travieso, lo mira por el espejo retrovisor con una sonrisa cómplice y en ese español de verbos infinitivos al mejor estilo Tarzán que solemos utilizar con la gente oriental, le dice: “Elegir bien amigo, aquí haber muchas chicas guapas, de paso decirle que va de mi parte, hacer un gran favor... favor...gran”. Al otro lado de la ciudad, en un hospedaje mas humilde, Javier, el hijo de don Pepe, está emocionado ante la cita del Sr. del Cava: por fin el negocio de su padre se modernizará gracias a su gestión. Allí va Javier, en metro, a su primera gran reunión de negocios. No muy lejos de allí, en una habitación de hostal humilde pero muy cómoda, Marcelo le confiesa a su novia lo mucho que le gustaría que esté junto a él en esta noche hermosa, en esa ciudad maravillosa y con mar. Pero este deseo se evapora al ver bien la dirección, apuntada en un papelito,  donde lo espera su posible cliente, y la coincidencia con la dirección del local que en ese momento, frente a él, promete derroche de carne femenina al desnudo. Los tres citados, son conducidos a una mesa reservada a nombre del Sr Capdevilla que, entre sonrisa, copa y gesto cariñosos a las chicas, espeta a los tres ¡Trato hecho!. Esta escena, que parece sacada de una película de los 70’, es algo que se puede ver cada vez que hay una feria importante en la ciudad. Juani, la madre de todas las chicas del Bagdad, como a ella le gusta definirse, nos confirma esta acción de realismo mágico con un hecho real: ¿“Ves ese grupo de empresarios de diferentes edades”?. Miro. “A la vista, y por sus diferentes edades, se puede ver que cada uno de ellos ocupa un puesto muy diferente en el mundo de la empresa, pues ellos, muy seguros, están cerrando un trato económico, puede incluso hasta millonario, entonces, una vez todos de acuerdo, el mandamás pide otra botella del mejor Cava para festejar un nuevo... ¡trato hecho!”

jueves, 17 de noviembre de 2011

Portada y Editorial Noviembre "Utilizaciones"




Diseño de portada: Alejandro Maffoni 

Esta imagen de portada, que da el inicio al décimo primer mes de publicaciones, es una excelente metáfora para indicar el libre albedrío que nos sugiere el erotismo a cada uno: 
Nosotros, desde este humilde espacio, colocamos una consigna y quien nos sigue la rellena según lo que a cada uno le parezca. 
En este caso, fíjense bien en la imagen de arriba que ilustra la portada:   
Hay quienes colocarán, a ambos lados del objeto, las piernas de una fémina con proporciones de las mas variadas hasta que dicho objeto calce profundo.
Quienes simplemente se coloquen "ellos" y jueguen a ser "ellas".
Mujeres dulces que feminicen a sus machos recios  
Quienes atesorarán la prenda convirtiéndola en objeto de culto. 
Quienes almidonen la lengüeta hasta dejarla mas o menos tiesa y coloquen una varilla donde la pieza comienza a enflaquecer y de pronto obtenga una hermosa fusta.
Hombres y/o Mujeres que la regalen a sus parejas en un cumpleaños, cumple mes, aniversario... o divorcio     
Hombres y/o Mujeres que se las regalen a sus parejas en su propio cumpleaños porque consideran que, colocándoselas a sus parejas, el regalo es para ellos mismos. 
Mujeres que se la coloquen al revés para que el roce del calce roce su clítoris
En fin, el que quiere seguir con las diferentes utilizaciones, desde luego, puede hacerlo.
Por lo demás, solo volver agradecer a todos los que nos visitan. De verdad, es un placer inconmensurable absorber tiempo de donde sea solo por ver escritos los comentarios que nos regalan a lo largo de las publicaciones. 

                                                                                               Andrés Casabona    


                                                                                                 

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Perseverancia. Por Federico Herrendorf


"Esto también es Cultura Erótica" 

Federico Herrendorf, 16 de noviembre de 2011


jueves, 3 de noviembre de 2011

Agua Saborizada. Belén Wedeltoft

Oscuramente fuerte es la noche el título de una novela. Al principio tuvo miedo porque al fin y al cabo, ¿quién era él? Lo poco que lo conocía era suficiente pero podría ser que no. Esas veinte cuadras que la llevaban hasta sus brazos eran un corredor larguísimo, preguntas sin respuestas. De una sola cosa estaba segura: no era amor. Y sin embargo sus manos le encantaban y la forma de respirar como un felino debajo de ese cuerpo perfecto. A lo mejor, seguro y tal vez el enigma era lo que más la seducía y siempre que estaba con él optaba por no preguntar. Ese era el pacto y la magia que había entre los dos.
-        No importa quién soy, importa lo que soy cuando estoy con vos.
Descubrió que entonces era como en una película, otra forma de hacer ficción, el mejor ejemplo de la acción definiendo al personaje. El era oscuro y luminoso al mismo tiempo, sabía alternar luces y sombras mostrando y escondiendo. Lo que se decía, se decía pero la luz del discurso oscurecía lo que no. Había un no relato dentro del relato que la llenaba de felicidad. ¿Quién es? No le importa.
Cuando estacionó el auto él la estaba esperando en la puerta, tenía una sonrisa de bienvenida, una sonrisa “welcome” brillando en los dientes blanquísimos. Adorable. Ella bajó del auto como si entrara en cuadro. Luz, cámara… anda. El cerró la puerta y la abrazó.
-        Personaje. ¿Cómo estás personaje?
Le gustaba decirle personaje, como a la protagonista fugaz de una historia que en realidad no existía. La apretaba entre sus brazos, le hacía sonar los huesos de la espalda, la besaba en la boca.
-        Estás linda.
No: estás hermosa, no: me gustás, no: te quiero. Estás linda.
-        Me gusta el perfume.
Sí, a ella también le gustaba el perfume de él y ese espacio enorme que se abría delante de ellos como un lugar desconocido, amenazante. Todo en él era “yo te cuido” y al mismo tiempo “no significás nada para mí”.
Ella dejó la cartera sobre el largo mostrador, él la condujo con dulzura.
-        Mirá lo que preparé para vos.
Le apretaba la mano fuerte. Era como una niña apurando sus pasos detrás de él, las botas sobre el piso, tac, tac, tac.
Tinelli de fondo, acababa de notarlo. El lo llenaba todo con su sonrisa pero también estaba Tinelli. Personaje. Todo en penumbras.
-        ¿Te gusta?
Si. Le encantan los hombres seguros de sí mismos, que saben lo que quieren, que no les tiembla el pulso. Que no se enamoran. “La” encantan.
-        Mirá.
El espacio inmenso, alumbrado apenas con una luz tenue, una insinuación de luz, algo para ver y no ver.
-        A vos que te gusta jugar al gallito ciego.
Ella se rió, multiplicada en el piso, en los espejos de las paredes. Su propia enemiga. No importa, está con él y entre los dos una isla en el mar de espejos y demasiado cerca la orilla que no conduce a ningún lado.  Pero, ¿quién quiere irse? El ha construido una isla para retenerla a su lado. El es el rey, el presidente, el soldado, el pueblo y la bandera debería ser como los ojos de él: transparente y como los de ella: felices. Eso piensa.
-        ¿Te gusta?
Lo imagina preparando el espacio para el personaje, pasando la aspiradora, apurando a la gente para que se vayan, pensando que ahora viene el personaje y voy a armar el decorado, un escenario a la medida de los protagonistas, una isla desierta perdida en el océano Pacífico,  perdida como ella, sin dueño.
-        Besame.
No había dejado casi de besarla ni de acariciarla desde que puso un pie sobre la isla. Su isla.
-        A eso vine.
No había otro plan que el sexo y era un gran plan. Menos Tinelli de fondo. Podía mirarlo en los espejos tal como era, un cuerpo sobre su propio cuerpo y algún murmullo, frases inconclusas, otro idioma, uno desconocido pero con el que se entendían a la perfección. El escenario ideal para ella, el dueño del circo en medio de la pista domando a una trapecista demencial a la que le gusta hamacarse en su mente: la de él. Cuando terminan de hacer el amor él la sopla como a una pluma. Sopla su espalda, su cuello, sopla sus manos. Tiene un aliento cálido y fresco al mismo tiempo. “Así deben soplar los ángeles”, piensa ella a pesar de que nunca creyó en ellos.
-        ¿Tenés sed?
Vuelven sobre sus pasos. Más allá la persiana metálica de un extremo al otro, altísima, un inmenso telón. Agua saborizada. Ahora sí. Salgamos.
El atraviesa la puerta después de ella, tiene un bolso en la mano que parece pesado o es que tal vez él está demasiado liviano. Recita el número de la alarma mientras la recorre en el teclado, como si quisiera que ella la recordara. 1… 4… 23… No logra retener los demás números ni le interesan. Ella no quiere saber cómo se entra a esa isla cuando él no está.
-        Nos vemos.
-        Dale.
Se suben cada uno a su auto. La noche está más noche que antes y el corredor oscuro la devuelve a su casa. No prende ninguna luz y fuma en silencio. No piensa en nada. A las dos de la mañana y por el quinto cigarrillo un pájaro se refugia en el parapeto de la ventana, por detrás pasa la sombra de un gato enorme. “Por favor, que no lo vea, que no lo mate”. Quiere avisarle al pájaro, distraer al gato pero si se moviera podría asustar al ave, traicionar su presencia. Se queda quieta, pasan varios minutos, el cigarrillo se consume entre sus dedos, deja que se apague solo. El pájaro levanta vuelo y la deja sola en la ventana.
Le dan ganas de llorar.
Pero no llora.

domingo, 30 de octubre de 2011

Mistress Natalie. Por Gregorio Sacher.

El desenlace:



Dices que el límite es incierto. ¿Puede ser que detrás de esa incertidumbre exista el límite definitivo, la muerte?

Los aficionados al SM solemos utilizar tres palabras para definir nuestras prácticas: Safe, Sane and Consensual (seguro, sensato y consensuado). Jamás se corre ningún riesgo.

O sea que el límite no es sólo cuestión de una mente sumisa.

Para nada. Quien domina también tiene sus límites. Me he topado con personas con un nivel de masoquismo tremendo, deseosos de verdaderas torturas, a las que si accedes corres el riesgo de toparte con el límite definitivo.

¿Por qué siempre afirmas que lo tuyo es una dominación que te acarrea satisfacción más mental que física y que el sexo no tiene cabida, al menos no explícitamente?

El BDSM no es una práctica sexual explícita (como puede ser el coito), aunque tiene, evidentemente, un contenido sexual, pero sublimado. El sumiso goza previamente al encuentro con su mente, sufre-goza durante la sesión y continúa gozando posteriormente con sus recuerdos. Es bastante frecuente que el sumiso no alcance la eyaculación durante su encuentro con el ama. Otra de las fantasías más habituales es la utilización de cinturones de castidad, que impiden el orgasmo del esclavo durante períodos más o menos prolongados.

¿En qué consiste el placer mental que experimenta un ama?

Creo que cualquier mujer sentiría una gran satisfacción de tener esclavos y sumisos entregados, sin necesidad de sexo explícito y sin más placer que el suyo propio. Lo más curioso de un internado es que uno de los momentos de más placer del esclavo viene cuando percibe que está privado de su libertad y que no sabe exactamente cuándo voy a aparecer para castigarlo. ¿Puede haber relación erótica más mental que ésta? U otra persona que desea ser humillada hasta ser depósito de lo más escatológico de mi ser, y que luego de haberlo hecho se siente en medio de una felicidad inconmensurable sólo por recordarlo, y porque al fin tuvo la valentía de experimentarlo. A mí me vienen personas con deseos inconfesables, que incluso les avergüenzan, y por una vez los pueden hacer realidad.

¿Realmente consigues que los sumisos entren en tu juego sin ceder a impulsos sexuales, digamos, más inmediatos?

El BDSM es una fantasía sexual para la mayoría que me visita y, si bien repruebo cualquier asociación con el sexo, es difícil controlar siempre el ímpetu de los sumisos, pues muchos llegan a eyacular sin mas estímulo que el visual, una frase determinada o la flagelación. Pero la simple negación del orgasmo puede resultar mucho más excitante y estimulante.

¿Y cuál es el goce más íntimo que puedes tener como ama ante tu esclavo?

Mi satisfacción está en saber que me deben algunos de los momentos emocionalmente más significativos de sus vidas. Ver sus semblantes de felicidad produce una satisfacción extraordinaria.